La obesidad es un exceso de acumulación de grasa en el organismo, superior a un 25% en los hombres y un 33% para las mujeres. La localización de este exceso de grasa puede suponer un factor de riesgo para el desarrollo de otro tipo de enfermedades. En concreto la grasa abdominal, común en el hombre y en la mujer en fase menopaúsica, puede favorecer el desarrollo de hiperglucemia (niveles altos de azúcar en sangre), hipertensión y alteraciones en los niveles de colesterol y triglicéridos.

En general las personas obesas respecto a las que no lo son tienen un riesgo mayor de sufrir enfermedades cardiovasculares, insuficiencia cardíaca y respiratoria, diabetes mellitus, hipertensión arterial, cálculos biliares y cáncer de colon entre otras.

Para adelgazar, hay que tener en cuenta múltiples factores

En el último posicionamiento de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO) de 2016 titulado “Prevención, Diagnóstico y Tratamiento de la obesidad” habla de la obesidad como “una enfermedad multifactorial donde se han añadido protagonistas impensables hasta hace pocos años”. El sobrepeso o la obesidad no solo dependen de lo que comemos sino de otros muchos factores como la actividad física, el estrés, la microbiota intestinal (flora bacteriana del intestino), factores socioeconómicos o el entorno obesogénico que nos rodea.

 

Queda claro que tener exceso de grasa en nuestro cuerpo no es solo cuestión de lo que comemos. Tomar conciencia de cuáles son los factores que afectan a cada persona permite abordar mejor la prevención y el tratamiento de la obesidad.

El entorno no favorece perder peso

La incidencia de sobrepeso y obesidad tanto en adultos como niños no para de crecer.  Cada vez son más las personas que lo sufren y parece que esta tendencia no vaya a cambiar en los próximos años. De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que para el año 2030 el 58% de los españoles sufrirán sobrepeso y el 21% obesidad. Dicho esto, está claro que algo estamos haciendo mal, sin ir más lejos todo lo que nos rodea.

Vivimos en un entorno obesogénico, es decir, en un ambiente donde hay una gran cantidad de factores que, sin darnos cuenta, nos acercan al sobrepeso y la obesidad condicionando nuestro modo de comer y nuestra movilidad.

¿Y cuáles son estos factores? El 1tipo de alimentos que invaden los supermercados, con una alta densidad energética ricos en azúcares y grasas no saludables, la 2publicidad y el marketing que nos envuelve y nos incita a comprar determinados productos, el 3entorno social, la 4automatización de las tareas domésticas o la 5disponibilidad de automóviles que reducen nuestra actividad física.

En concreto la publicidad es un gran condicionante sobre nuestro modo de comer. La industria alimentaria aprovecha esta publicidad en televisión, radio, prensa u otro tipo de campañas para bombardearnos con información que condiciona nuestras decisiones a la hora del llenar el carro de la compra.

OBJETIVO: PERDER UNOS KILOS

¿Te has planteado perder peso? ¿Has probado diferentes dietas en los últimos años? ¿Sueles recuperar el peso perdido o incluso más? ¿Te encuentras en un momento en que no sabes qué comer?

Lo primero de todo es tener claro cuál/cuáles son tus objetivos porque eso te ayudará a dar sentido a lo que hagas. Quieres perder peso, pero, ¿para qué? Puede haber motivos de salud (mejorar mis niveles de colesterol, regular la presión arterial, evitar futuros problemas de salud, reducir el dolor de las articulaciones…), estéticos (sentirme mejor, verme más delgada, ponerme la ropa que ahora no me cabe) o de otro tipo como querer aprender a comer sano, mejorar tu alimentación y la de tu familia, sentirte más ágil

Cuantos más objetivos te plantees, más motivos tendrás para querer cuidarte.

Pon en marcha este proyecto de la mano de un nutricionista, un profesional que podrá entender tu situación y ofrecerte una solución adaptada a tus necesidades. Te sentirás acompañada, resolverás todas tus dudas, y sobre todo, no pondrás en peligro tu salud.

Si necesitas adelgazar unos 20 kilos te recomiendo que te marques pequeñas metas. Compáralo con una escalera, donde cada peldaño que subas supondrá una pérdida de 3-5 kilos y un paso más hacia tu objetivo final.

¡Comienza el cambio!

Ya tienes claro que quieres perder peso y sabes cuáles son los motivos por los que lo haces. Llega el momento de hacer cambios, aprender y salir de tu zona de confort. Tus costumbres y tus hábitos actuales están haciendo que tu peso aumente, y con ello el riesgo de sufrir problemas de salud.  Olvídate de las dietas de moda que prometen milagros. Necesitas, no solo perder peso, sino mejorar tu relación con la comida, saber cuáles son tus errores y, cómo mejorar tus hábitos.

Lo primero de todo, “Para comer sano debes comprar sano”. Haz una lista de todo lo que necesitas. Puedes comprar por internet o bien en los mercados y tiendas de tu barrio. Intenta ser fiel al mismo lugar, te conocerán y te ofrecerán lo que más te conviene. Te recomiendo dividir la compra en:

  • Compra mensual con todo aquello que tiene una larga caducidad. Aceite, leche, bebida vegetal, arroz, pasta, bolsas de frutos secos, conservas, legumbres y productos congelados.
  • Compra quincenal principalmente de carne y pescado que puedes preparar en raciones y congelar.
  • Compra semanal de los productos frescos y más perecederos como la fruta y la verdura.

Haz que la compra sea variada. No cojas siempre el mismo pescado o la misma verdura. Eso crea monotonía. Aprovecha los productos de temporada y ten en cuenta los precios y ofertas.  No caigas en el error de comprar refrescos, bollería o helados por si viene alguien a tu casa o para tener para los niños. Son productos insanos para ti y por supuesto para tus hijos. Si lo tienes en casa en muy probable que acabes cayendo en la tentación.

Ya tienes la compra, ahora toca organizar las comidas y cenas de la semana. Si te planificas comerás mejor y más variado. Una inversión de 30 minutos te hará más fácil la semana. Incluso puedes consensuar las comidas con tu pareja e hijos. Toma como referencia algunas de las ideas que te damos (propuesta menú de Laia).

Varía tus platos probando recetas nuevas. Aprender a comer y perder peso no es vivir a base de pollo y lechuga. Hay muchas opciones que te harán descubrir alimentos nuevos, variar, y sobre todo disfrutar.

Comida sana y actividad física, las claves para adelgazar

La obesidad es el resultado de muchos factores, y uno de ellos es la actividad física. Cada vez nos movemos menos. Trabajos de oficina que nos mantienen en una silla durante 8 horas, desplazamientos en coche o moto, avances tecnológicos que nos acomodan (lavavajillas, aspirador), falta de tiempo y la pereza de movernos.

¿Alguna vez has hecho la prueba de ver cuantos pasos haces al día? Hazlo y te sorprenderás. Y lo peor es que, en ocasiones el fin de semana lo pasamos en el sofá porque queremos descansar.

¿Cómo alejarte del sedentarismo? Aprovecha los desplazamientos para caminar o ir en bici, coge las escaleras en casa, el trabajo y el metro, bájate una o dos paradas antes de tu destino y acaba el trayecto caminando. 2 días a la semana practica algún deporte o actividad que te guste como clases de baile, senderismo, paseos en bici el fin de semana o un curso de natación.

El ejercicio físico hará que te encuentres mejor física y psicológicamente y será una ayuda para tu objetivo de perder peso.

Cuídate sin renunciar a tu vida social

Cuidar tu alimentación para perder peso no significa dejar de lado la vida social que compartes con tu familia y amigos. Si piensas que lo mejor es quedarte en casa y decir que no a las propuestas que tengas de salir y disfrutar te equivocas.  Eso no es sostenible en el tiempo y puede ocasionarte tristeza, desánimo y ansiedad. Debes aprender a disfrutar sin poner en peligro tu objetivo. Elegir las opciones más saludables que tengas a tu alcance, moderar las cantidades, saber decir “no” sin miedo y no caer en el error de compensar los excesos con ayunos u otro tipo de conductas. Cambiar tu comportamiento en este tipo de situaciones te ayudará a mantener un peso saludable durante más tiempo.

Que nada estropee tu objetivo

Las emociones están muy vinculadas con cómo comemos. La tristeza, la felicidad, el estrés, la ansiedad o el aburrimiento pueden hacer que te refugies en la comida como tu válvula de escape consumiendo en mayor medida alimentos grasos y ricos en azúcar, picar entre horas o tener atracones perdiendo el control.

Parece que la solución es sencilla, no hacerlo. Incluso tu familia te habrá dicho alguna vez “si sabes que necesitas perder peso, deja de picar”. Tú también lo tienes claro, la teoría te la sabes pero llevarlo a la práctica resulta muy complicado.

En este sentido es importante cuidar el sueño durmiendo mínimo 7-8 horas al día, practicar deporte, aplicar técnicas de relajación como yoga y llevar una vida lo más ordenada posible con horarios regulares y las comidas planificadas.



¿Qué necesitas para comenzar tu dieta online personalizada?

El elemento principal para seguir nuestros servicios online, son las ganas y la motivación, ese siempre será el ingrediente básico de tu dieta. Nosotras trabajaremos para mantener tu motivación durante todo el proceso hasta la consecución de las metas establecidas. Además de este ingrediente principal, necesitarás un equipo básico para que podamos comunicarnos de manera efectiva:


Un ordenador o dispositivo móvil con acceso a internet

Si puedes, es conveniente conectarte a través de cable de red para que la conexión sea más adecuada.

Una cámara web y un micrófono (externo o integrado)

La cámara no es esencial, pero como ya te hemos dicho, nos gusta poder tener una comunicación y trato personal. Poder vernos las caras siempre ayuda.

Un usuario de WhatsApp

Trabajamos a través de videoconferencia con WhatsApp. Instala WhatsApp en tu móvil, puedes hacerlo. Aquí te dejamos su página oficial.

Un email

Donde te enviemos la documentación relativa a tu dieta y a través del cual podremos solucionar posibles dudas hasta tu siguiente visita.


Una impresora

Tampoco es imprescindible, pero imprimir la dieta te facilitará poder tomar apuntes sobre ella cuando te la expliquemos y, además, podrás tenerla a mano en tu día a día.

Un lugar tranquilo donde podamos hablar con privacidad

Ten en cuenta que hablaremos sobre cuestiones personales que seguramente no te apetecerá compartir con los demás. Si te conectas desde el trabajo,  unos auriculares con micrófono integrado podrán serte útiles.

Conocer tu peso y altura para la primera visita

En la primera visita que hagamos, necesitaremos saber tu peso y tu altura. En caso de que la dieta sea para adelgazar, bajar grasa o volumen, también sería ideal que pudieses contar con una cinta métrica para poder medir tu contorno como te indicaremos. Una cinta de costura será suficiente.

Tanto la primera visita como los seguimientos de la dieta, tienen la misma duración. El procedimiento y las tarifas también son los mismos. Los pagos se efectúan a través de pago seguro virtual con tarjeta de crédito o débito (TPV), antes de la primera visita.